sábado, 28 de febrero de 2015

Manolito, llévame al baile, de Torrehermosa

La música es una polca.  Algunas de las estrofas de esta canción son versiones de coplas populares. En el Cancionero Popular de Jujuy aparece la siguiente: “Tienes una cinturita / que anoche te la medí; / con vara y media de guita / catorce vueltas te di”.

María Jesús cantó las canciones de Torrehermosa
-Manolito, llévame al baile, de Torrehermosa.

Manolito fue a La Habana
y me trajo una cotorra
y la puse en la ventana
y se la comió la zorra.

Manolito llévame al baile,
Manolito llévame allá,
Manolito llévame al baile
que a mí me gusta bailar.

Tienes una cinturilla
que anoche te la medí
con la cincha de mi burro
y un ramal que le añadí.

Eres alta como un pino,
delgada como un vencejo,
el que se case contigo
ya lleva buen aparejo.

Tienes una cinturilla
que anoche te la medí
con la cincha de mi burro

catorce vueltas te di.

viernes, 27 de febrero de 2015

Ay, qué pera me he comido, de Torrehermosa

En Albacete se conoce con el nombre de La puma:Una puma me he comido. / !Ay, qué puma más hermosa. / Dentro de la puma había / un clavel y una rosa./ Había una cigarrera / hablando con un soldado / y al tiempo de despedirse / los dos se dieron la mano./ Adiós cigarrera hermosa, / adiós príncipe galante. / Tú eres causa de mi vida / Tú eres causa de mi muerte. / Contigo me casaría, / contigo me he de casar, / cumpla la licencia / de mi señor capitán”.

Niñas y jóvenes de Huérmeda
-Ay, qué pera me he comido, de Torrehermosa.

Ay, qué pera me he comido,
ay qué pera tan sabrosa
dentro de la pera había
un clavel y una rosa.

Pasaba la cigarrera
hablando con un soldado
y al punto de despedirse
se cogieron de la mano.

Adiós cigarrera hermosa,
adiós soldado valiente,
contigo me he de casar
aunque me cueste la muerte.

Tin, tin, a la puerta llaman,
tin, tin si saldré a abrir,
tin, tin si será la guardia,

tin, tin, la guardia civil. 


jueves, 26 de febrero de 2015

Cerca de las ventanas de nuestra escuela, de Jaraba

Las letras de todas las canciones escolares reflejan los valores dominantes de la posguerra: niños sumisos, formales y respetuosos con sus mayores. Casi nadie estaba escolarizado los ocho años que imponía la ley. Los padres sacaban antes de la edad reglamentaria a sus hijos para trabajar en el campo y a las hijas, para servir en casas particulares. En tal caso, los padres hablaban con los maestros y les comunicaban que su hijo ya no asistiría más a la escuela. En las localidades más importantes había escuelas nocturnas para quienes no habían podido asistir de pequeños con asiduidad, donde se repasaban los contenidos  básicos de cultura general, leer, escribir y aritmética.

Foto escolar de Fuentes de Jiloca
-Cerca de las ventanas de nuestra escuela, de Jaraba:

Cerca de las ventanas de nuestra escuela,
alegres pajaritos revolotean,
y en sus gorjeos parece que nos dicen:
sed siempre buenos.

Nosotros contestamos:
ya lo sabemos,
respeto a la maestra siempre tendremos,
hemos de estar atentas en la clase
para estudiar. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

Al rebullón, Torrehermosa

Esta canción popular e infantil podía servir también como canción de comba o de  saltar. La melodía y la letra son muy parecidas a la coplilla que se canta al cabezudo zaragozano El Verrugón. “Al Verrugón le picaron los mosquitos / y se compró (mandó hacer) un sombrero de tres picos”. Todos lo cabezudos tenían su cancioncilla, que los chavales entonaban en su presencia para provocar su persecución.

Gigantes y cabezudos de Ateca
 - Al Rebullón, de Torrehermosa:



Al Rebullón,
que picaron los mosquitos
y mandó hacer
un sombrero
de tres picos,
garras de alambre
que a tu marido
lo matas de hambre. 

martes, 24 de febrero de 2015

Al salir de la escuela

Cada día por la tarde, cuando salían de la escuela, niños y niñas iban a buscar la merienda  a sus casas, para formar seguidamente sus cuadrillas, que se lanzaban a jugar por las calles hasta la hora de cenar. Merendaban chocolate con pan, a veces una rebanada de pan untada con aceite o bien,  sopetas, que eran pan con vino, espolvoreado con azúcar. No estaban generalizadas las tareas escolares, ni  existían las actividades extraescolares; la tarde era un tiempo privativo de los niños hasta que empezaban a trabajar, un oasis de juego libre para una infancia despreocupada, centrada sólo en sus relaciones entre iguales y sus creativos juegos.

Niños y niñas de Pardos, hoy un pueblo abandonado
-Al salir de la escuela, de Huérmeda:

Y al salir de la escuela a casa me iré,
a jugar por las calles jamás me detendré.

Niñas en fila, manos atrás,
y con paso firme nos vamos a marchar.

Hemos concluido por hoy de trabajar,

adiós, clase querida, nos vamos a descansar. 

Niños y niñas de la escuela de Montón

lunes, 23 de febrero de 2015

Un gatito muy bonito tenía doña Leonor, de Fuentes de Jiloca

Este viejo cuplé se convirtió en una canción infantil muy popular en toda España.

Niños de Fuentes de Jiloca fotografiados en las fiestas
-Un gatito muy bonito tenía doña Leonor, de Fuentes de Jiloca.

Un gatito muy bonito
tenía doña Leonor,
un gatito blanco y negro
tenía en su comedor.

Pobrecito se murió
sin poderlo remediar
y quedó doña Leonor
en la más triste orfandad.

En el jardín de su casa,
pobrecito, lo enterró
y de luto riguroso
cinco meses se vistió.

Toca a muerto, sacristán,
y llama al enterrador,
las vecinas todas van
a ver a doña Leonor. 

domingo, 22 de febrero de 2015

Auroras

Las auroras eran interpretadas muy de madrugada, todavía de noche, por hombres que recorrían las calles del pueblo para despertar a los devotos y animarlos a levantarse para rezar el Rosario de la Aurora. Fueron los frailes dominicos quienes divulgaron estos cánticos religiosos a partir del siglo XVII. En la comarca de Calatayud recibieron un fuerte impulso de los misioneros que acudían a los pueblos durante unos días para incentivar el sentimiento religioso de la población. Hasta los años sesenta del siglo pasado se cantaban auroras por todas las poblaciones, pero ahora apenas se mantienen en unos pocos lugares. En muchas localidades durante el mes de octubre todos los domingos a las seis de la mañana se rezaba el rosario de la aurora por las calles, tocando unas campanillas. 

Se recuerda en Inogés que los romeros de La Almunia de Doña Godina cantaban muy bien las auroras y el rosario por la calles del pueblo cuando llegaban de madrugada para honrar a la Virgen de Jerusalén.

En Maluenda durante unos años se cantaron las auroras todos los domingos del invierno  por la mañana, en los que se hacía la misa de la aurora al hacerse de día. Los hombres voluntarios que la cantaban iban por las calles del pueblo, uno de ellos con un bombardino, cantando:

Levántate, perezoso,
que ya viene la mañana,
acuérdate de la Virgen,

que a ti al Rosario te llama.

sábado, 21 de febrero de 2015

¡Qué lindo cuento, abuelita! (Inogés)

La canción evoca con nostalgia las veladas por la noche al fuego del hogar, cuando la gente mayor transmitía las canciones aprendidas cuando fueron jóvenes.



-¡Qué lindo cuento, abuelita! de Inogés.

Cuéntame un cuento abuelita,
aquí cera del hogar,
cuéntame un cuento abuelita,
antes de irnos a acostar. 
Está cayendo la nieve,
por la lejana extensión
y son las casitas de azúcar,
los árboles son de algodón.
Qué lindo cuento abuelita,
no me canso de escuchar,
qué lindo cuento abuelita,
termínalo de contar.
Marchaban por el camino
la Virgen y San José,
ella montaba en pollino,
las bridas las llevaba él.
Qué lindo cuento abuelita,
termínalo de contar,
qué lindo cuento abuelita,
no me canso de escuchar.
A eso de la media noche,
allí nació el Niño Dios,
los angelitos cantaban,
nos traen la paz del Señor.
Qué bello cuento abuelita,
no me canso de escuchar,
qué bello cuento abuelita,
vuelve otra vez a empezar.

Está cayendo la nieve. 


viernes, 20 de febrero de 2015

Velada alrededor del fuego (Arándiga)

Los momentos más intensos de transmisión  oral se desarrollaban en las trasnochadas de invierno junto al fuego. Se contaban una y otra vez las mismas historias, hasta que quedaban interiorizadas por los allí presentes. Una sencilla poesía que nos recitaron en Arándiga evoca con nostalgia este mundo desaparecido de comunicación verbal ante la lumbre.


Molino de Arándiga


-La velada alrededor del fuego, en Arándiga.

Cobijados por el hueco
de la espaciosa campana,
alrededor de la lumbre
mi familia se agrupaba.

Mi abuelo en un rincón,
enfrente mi abuela hilaba,
yo recostado en mi padre,
y mi madre con mi hermana
y sentado entre nosotros,
el pastor de la majada.

Ruido en el patio se oía,
“Ave María”, llamaban,
ya venían los vecinos
de algunas casas cercanas,
que venían a la mía
para pasar la velada.

Con el rosario en la mano
mi abuelo se santiguaba
y todos le hacían eco
en las cosas que rezaba
con voz monótona y triste,
que penetraba hasta el alma.

Después de la letanía,
se rogaba por las almas
de los parientes y amigos,
también por el bien de España.

Ya se terminó el rosario,
los rostros se espabilaban,
se encendían los cigarros
y se empezaban las charlas
y alguna vez en la lumbre
mi padre asaba castañas.

“Buenas noches nos dé Dios”,
mi abuelo se levantaba
y todos con gran respeto
“así sea” contestaban.

Luego juntos los vecinos
se marchaban a sus casas,
mi madre con un candil,
abajo los esperaba.

Qué lejos está aquello,
todo muere y todo acaba,
dicen los materialistas;
no es verdad,
eso no pasa,
eso es sangre y es aliento,
y es médula y son entrañas
de la tradición y herencia,

que recibió un día España.

jueves, 19 de febrero de 2015

Una señorita muy rica (Arándiga)

En Una señorita muy rica, que aún se recita en Arándiga, se plantea el amor entre dos clases sociales diferentes. Una señorita rica se enamora de un joven obrero e intenta fugarse con él, ante la oposición de sus padres. Sorprendida en la huida, es llevada a un convento, donde enferma gravemente de amor hasta que, llevada de nuevo a casa, muere en los brazos de un novio imposible.



-Una señorita muy rica

Una señorita rica
de un joven  se enamoró
de clase humilde pero era 
honrado y trabajador.

En el jardín de su casa
siendo una noche de invierno
ante la luz de la luna
se juran amor  eterno.

Y él le decía: dulce amor mío,
nuestros amores tendrán mal fin,
porque tú eres rica y yo pobre soy.
Y la muchacha decía así:

Maldito sea el dinero,
por él me impiden quererte
y si no llego a ser tuya
mil veces quiero la muerte.

Los padres de la muchacha
a un rico la prometieron
sin que ella supiese nada
por la ambición del dinero.

Y aquella hermosa joven
que el compromiso ignoraba
al enterarse a sus padres
les dijo desconsolada: 

Mi corazón a un hombre lo entregué,
al que adoro con frenesí.
Pues de un obrero la esposa jamás serás
y la muchacha decía así:

Maldito sea el dinero
por él me impiden quererte
y si no llego a ser tuya
mil veces quiero la muerte.

Al enterarse la joven
que el compromiso ignoraba
decidió marcharse un día
con el hombre que la amaba.

Pero sus padres que estaban
en un acecho constante
la sorprendieron cuando iba
a fugarse con su amante.

Pronto la encierran en un convento
y a Jesucristo Nuestro Señor
postrada en el suelo ante su bella imagen
amargamente así exclamó:

Maldito sea el dinero
que me hace tan desgraciada,
por la ambición de mis padres
aquí me encuentro encerrada.

Y al cabo del poco tiempo
ante aquella soledad,
pensando en su novio amado
enfermó de gravedad.

Al enterarse sus padres
ya la sacan del convento,
con el afán de curarla
y no tenía remedio.

Padres queridos yo los perdono
pero les pido por caridad,
que venga mi novio me siento morir
y no le pude nunca olvidar. 

Maldito sea el dinero,
agonizando decía,
y así murió entre los brazos
del hombre que ella quería. 


miércoles, 18 de febrero de 2015

Vamos a la escuela (Monreal de Ariza)

En los días más fríos de invierno, niños y niñas iban al colegio con una rejilla llena de lumbre, que llevaban de casa, sobre la que colocaban los pies, para no pasar demasiado frío, pero rara vez se libraban de los molestos sabañones. En muchas localidades, cada día, por turnos, los escolares aportaban leña para la estufa,  situada junto a la mesa del maestro.


Rejilla para lumbre

Entraban a la escuela a los seis años y salían a los catorce. Los chicos iban con su maestro  y las chicas con su maestra, pues no se contemplaba la coeducación. Como eran clases muy numerosas, el sistema pedagógico más utilizado era la organización por  secciones, según el nivel escolar de cada uno. Los chicos mayores colaboraban con sus maestros en el control y enseñanza de los más pequeños. Por las tardes, las niñas únicamente estudiaban religión y hacían labores, de forma que aprendían cruceta, vainica, incluso encaje de bolillos, que luego les servirían para preparar su ajuar y para desarrollar sus labores de amas de casa.

-Vamos a la escuela, de Monreal de Ariza:

Vamos a la escuela,
vamos a estudiar,
que la escuela es templo
de felicidad.

Aquí está la escuela
y (quien) no quiera venir,
falta en sus deberes,
no será feliz.

Vamos a la escuela,
vamos a estudiar,
que la escuela es templo

de felicidad. 


martes, 17 de febrero de 2015

El martes de carnaval

Es una canción muy conocida en todo el país. Una joven se disfraza de gitana durante el carnaval y le reprocha a su novio que esté con dos mujeres a la vez. También en esta ocasión se prefiere la mujer morena a la rubia.

Jóvenes de Orera

Vista de Orera


-El Martes de Carnaval, de Orera.

El martes de Carnaval
de gitana me vestí
me marché al salón de baile
y estaba mi amante allí. 
Gitanilla, gitanilla,
gitana de corazón
dime la buenaventura,
la suerte que tengo yo.
Tú eres guapo bien lo sabes
y tienes buen corazón,
pero tienes una falta,
que eres un calaverón. 
Tú amas a dos mujeres,
las amas de corazón,
la una es alta y morena,
la otra es más rubia que el sol. 
No te cases con la rubia
que serás muy desgraciado,
cásate con la morena

que serás afortunado. 

lunes, 16 de febrero de 2015

Toribio y la nena

Toribio y la nena, de Aniñón

Yo me caso con la nena,
la nena me quiere mucho,
hemos quedado en casarnos
al otro día del Corpus.
Si te casas con la nena
eso ya sería un timo,
yo me casaré con ella
que para eso soy su primo.

Mira, Toribio,
no te emborraches,
ni bebas vino
de casa El Pache.
Mira, Toribio,
no te emborraches,
que la otra noche
ya la pillaste.

¿Dónde estuviste anoche
que no te pude ver?
Estuve en la cantina
con Ubaldo y Guillén.
Te he dicho que no vayas
con esos borrachetes.
A ti nada te importa
que yo beba aguardiente.

Mira, Toribio, …